“UNIVERSITARIOS QUE ESTUDIAN Y TRABAJAN: UNA REALIDAD QUE DEBEMOS ATENDER”

10.02.2011 20:13

 

 

Por :María Silva Matta

Aula:504

 

Muchos padres y alumnos creen que estudiar y trabajar es una carga demasiado grande para la época universitaria. Que no son actividades compatibles. O que si un universitario busca un trabajo de medio tiempo, es probable que baje sus notas.

Sin embargo, la incorporación de estudiantes de escasos recursos a la educación superior (el 49% de los seleccionados en 2008 provienen de familias con ingresos menores a $ 270 mensuales) y la mayor necesidad de independencia económica de los jóvenes, ha ido cambiando en función de sus mayores expectativas de superación personal y familiar.

Las Instituciones Educativas de Nivel Superior (Universitaria y No Universitaria) han volcado sus bolsas de trabajo para egresados; hacia los estudiantes universitarios (que todavía estudian, básicamente los de media carrera a más) y éstos han mostrado un interés explosivo por encontrar un empleo de medio tiempo: por ejemplo en las Universidades Privadas de nuestro país, tienen un alto porcentaje de estudiantes de bajos ingresos, que trabajan y estudian en la jornada diurna ( 8 a 11 pm.)

MAS RENDIMIENTO

La mayoría son jóvenes buscan empleos de medio tiempo o de 8 horas diarias pero que no interrumpan su jornada académica. Es decir, trabajan en momentos que antes utilizaban para ver televisión, compartir con amigos o ir al cine.

Los efectos de trabajar y estudiar han sido analizados largamente por los investigadores norteamericanos, ya que en Estados Unidos ésta es una situación común. Y la mayoría de los estudios coincide en que tener un empleo de “medio tiempo” no perjudica el rendimiento académico.

En algunos casos, incluso, puede ayudar a mejorar las calificaciones. Según un sondeo realizado por en las Universidades Privadas sobre todo de Lima, los jóvenes que practican ambas labores tienen un rendimiento superior que quienes sólo estudian.

Eso sí, las investigaciones establecen un límite para el trabajo entre los universitarios. Porque, a medida que aumentan las horas dedicadas al empleo, las consecuencias son negativas. Los investigadores han estimado que un trabajo de hasta 20 horas a la semana es beneficioso.

Según datos del Censo Universitario del 1996, el 70% de los estudiantes que trabajaba pocas horas no reportó cambios en las calificaciones.

Sin embargo, otro estudio norteamericano, publicado en mayo de 2008, asegura que trabajar 30 horas a la semana baja el rendimiento en una nota.Según los encargados de las bolsas de trabajo universitarias, los estudiantes que compatibilizan ambas actividades están mejor preparados para el mercado.

Esto porque, cuando salen, conocen el mundo laboral más de cerca y tienen experiencia en habilidades como el trabajo en equipo, el cumplimiento de metas y la responsabilidad.

Entonces ¿Cuál debe ser el rol de las universidades y sus docentes frente a esta realidad?. Existe un concepto errado de muchos docentes, que el trabajo limita el estudio, es todo lo contrario, trabajar no afecta al estudio, es bueno para organizarnos mejor y así adquirir experiencia y responsabilidad, es aquí, donde la tecnología entra a tallar, para aprovechar el tiempo al máximo, por aquellos alumnos que estudian y trabajan con mucho esfuerzo sin ser reconocidos como tal por sus centros de estudios y sus docentes. Es obvio que  este tema provoca numerosas reflexiones y discusiones, pues en ella se plantea la necesidad de que la universidad y la enseñanza superior revisen su sentido académico y su función en la sociedad para entender a sus estudiantes como seres humanos, en ese sentido algunas Universidades Privadas han dado un gran paso a través de su educación a distancia, que aprovecha el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación a favor de sus estudiantes de manera eficiente. Desde luego habrá otros conceptos al respecto discutibles por cierto, pero nadie podrá negar esta realidad. La opinión que muchos docentes ofrecen respecto a este tema, incluso muchas investigaciones, es que estudiar y trabajar es una carga demasiado grande para la época universitaria. Que no son actividades compatibles. Hoy en día, este concepto queda desfasada porque la sociedad  ha cambiado, muchos jóvenes trabajan para ayudar a sus familias y solventar sus gastos. Es obligación de las universidades y los centros superiores, trazar un perfil del estudiante trabajador o del trabajador estudiante, tomando en cuenta las horas que dedican a una y otra actividad, conocer su realidad, así se podrá mejorar el perfil del estudiante para conseguir mejores beneficios. De ese modo se podrá evitar la deserción. Finalmente las universidades que tienen en sus aulas alumnos que trabajan, deben sentirse orgullosos, puesto que el fin de la formación profesional es el trabajo. En mi caso vengo trabajando con alumnos del 1er Ciclo de Ingeniería Industrial en una entidad privada y el 80% trabaja para solventar sus estudios universitarios, gracias a ello dicen “adquieren experiencia y aprenden muchas cosas de las Empresas donde laboran”. Por ello admiro y respeto a todos aquellos jóvenes que trabajan y estudian, ya que realizan un esfuerzo mayor en comparación a los que solo se dedican a estudiar. Por ejemplo los estudiantes de Ingeniería Industrial que trabajan en una Empresa ya sea Industrial, de Comercio o de Servicios tienen ventaja en relación con los que no lo hacen, poner en práctica lo que aprenden en la Universidad. Esta coyuntura permite al estudiante ubicarse en un ámbito donde puede continuar estudiando y mejorar sus condiciones de vida.

Como algo adicional: El último Censo Universitario 2010, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI) y la Asamblea Nacional de Rectores (ANR), revela que el número de estudiantes de pregrado asciende a 782 mil 970, y los de postgrado suman 56, 358.