504

18.02.2011 21:09

 

AULA 504

ALUMNA: HAYDEE LEANDRO FELLES

LA TERCERA OLA

En la presente obra, se propone un punto de vista interesante para el análisis de:

·         El origen de los conflictos armados a lo largo de la historia de la humanidad, en relación con las tensiones y enfrentamientos producidos en medio de las transformaciones profundas de la civilización, clasificadas en “olas” por los autores, y que fueron los temas de sus libros “La primera ola”, “La segunda ola” y “La tercera ola”.

·         ¿En qué se basa su tesis? El pensamiento toffleriano tiene tres secuencias: el mundo atraviesa, hoy, por su tercera ola de desarrollo. Luego de una primera ola signada por la evolución de la economía agrícola, y la segunda marcada por la irrupción violenta de la Revolución Industrial, la tercera ola es la etapa del conocimiento, la información y la creatividad. Pero esta ola plantea, también, un nuevo modo de generar la riqueza. Es la etapa que para Toffler implica adentrarse en el umbral del nuevo modo de vida; se trata de una nueva civilización.

·         Toffler pone freno a las visiones pesimistas que vinculan los vaivenes del mercado bursátil con el colapso de la Nueva Economía en su propio nacimiento. "No comparto esa postura, tampoco la que anticipa una prosperidad interminable. Ambos se equivocan. La bolsa tiene su dinámica y no puede utilizarse como vara precisa de medición de las tendencias. El desarrollo continúa pero habrá altibajos, porque el cambio es profundo y no podrá evitar turbulencias. No se puede tener cambios en la escala de producción sin tener conflictos. Con la Revolución Industrial hubo conflicto en las organizaciones y también en la sociedad".

·         Las cifras reveladores sobre la penetración de la alta tecnología en el mundo de la producción. Por ejemplo: en el planeta hay 20 000 millones de microchips y 400 millones de PCs. Y calcula que para el 2001 estarán funcionando entre 450 y 500 millones de PCs. Por su parte, solo en Estados Unidos. motor de la Nueva Economía, existen más de 100 millones de PCs, lo que representa, en promedio, que hay una máquina de estas por cada 2,5 habitantes. Sin contar a los niños, el promedio se reduce a una PC por cada dos estadounidenses.

·         Con esta infraestructura, que se apoya en una plataforma tecnológica en constante evolución, las conclusiones de Toffler (y las de cualquier humano que maneja una lógica básica) son evidentes: a estas alturas de la historia de la humanidad, los cambios son imparables. Por lo menos así lo entienden las grandes firmas transnacionales, que están en capacidad de financiar esta revolución, "En estos momentos, un tercio de los trabajadores estadounidenses hace su trabajo en su hogar. Ford Motors está dando a todos sus empleados una computadora y una conexión a Internet por una cifra simbólica. Todos estos factores combinados potencian los cambios que se están produciendo".

·         Sin embargo, no todo es color de rosa. El detalle perverso de la Tercer Ola toffleriana también esta ahí: el alcance de la revolución tecnológica, si bien global e irreversible, nunca ha sido homogéneo ni será equitativo. El problema es que dentro de la revolución tecnológica ya se han abierto brechas demasiadas profundas. Al punto que la propia Europa siente el fuerte rezago frente a Estados Unidos y actúa con el complejo de hermano pobre que llega a la casa del pariente rico: correr en busca del tesoro perdido. Ahí se explica la alocada carrera de Alemania, España... para importar masivamente cerebros y fuerza de trabajo especializada en las carreras conectadas con la era del microchip. Si los europeos (y Japón no va lejos) están así, piénsese lo que sucede en América Latina. Y si alguien quiere deprimirse más, solo tiene que echar un paseo mental por estos parajes. Pero países como Ecuador pueden tener una oportunidad si sus gobernantes se muestran audaces. Deben salir a caza del cohete llamado Internet y conectarlo con todas las escuelas. El cambio arranca de ahí. Conceptualmente, la ONU acaba de decir que Internet será un instrumento para recortar la brecha entre pobres y ricos. Quizá no sea así, pero hay que hacer el intento.