RESUMEN GERENCIAL EL AGUJERO NEGRO

13.02.2011 19:20

RESUMEN GERENCIAL: EL AGUJERO NEGRO

MAESTRISTAS: AGUIRRE BARRIOS CONSUELO

AULA 504

Alvin Toffler, reputado futurólogo, ha acuñado metáforas, como conceptos–imágenes, socializadas con celeridad, por facilitar los cambios radicales de la sociedad en su problemática. Así, en su obra “La Tercera Ola”, en el capítulo XXXVII, con el título fúnebre del “Mausoleo Político”, nos descubre el vacío político, con la figura del Agujero Negro, evoca la sensación pavorosa de los voraces y desintegradores agujeros siderales. Toffler expresa: “En un país tras otro, la tecnología política de la segunda ola está rechinando, gimiendo y funcionando peligrosamente mal”.

A lo largo del capítulo XXVII aparece el vacío político, manifiesto en las incoherencias, partidos que pierden capacidad de convocatorias, decenas de leyes se anulan y contradicen unas a otras, manifestación de una legislación ineficaz, élites que no alcanzan a predecir ni sus propios actos. También en los fracasos en la toma de decisiones, impotencia que lo ilustra en: “El Presidente tiene la impresión de estar gritando por teléfono, sin que haya nadie al otro extremo del hilo”. Vacío en la conducción expresado en la analogía: “En estos momentos tengo la sensación de que la nación es una diligencia cuyos caballos se han desbocado, y un tipo trata de estirar las riendas, y los caballos no responden”. El Vacío de poder, A. Toffler, lo describe en “la maquinaria de toma de decisiones se haya cada vez más tensada, sobrecargada, anegada con datos irrelevantes y enfrentada con peligros desconocidos. Por lo tanto, lo que estamos viendo son decisiones gubernamentales, incapaces de tomar decisiones de alta prioridad (o tomándolas muy mal), al tiempo que se dedican frenéticamente a millares de otras menos importantes y, a menudo, triviales”, y ante las complicaciones de la representatividad el autor señala: “Hoy es necesario congregar cientos, incluso miles de diminutos y efímeros grupos de intereses específicos, y la coalición misma resultará también efímera”.

El agujero es la muerte, o la obsolencia de todo un sistema político. Es vacío de contenido que se les escapa o escabulle, incomprendido.

En el marco de su concepción, la proposición de Alvin Toffler sobre el agujero negro de la política se resume en: Un sistema político apropiado para funcionar en la sociedad industrial, fabril, construido como maquinaria, con los códigos de la segunda ola, frente al surgimiento de un nuevo contenido, llamado la tercer ola, veloz, estructurado con nuevos esquemas, se precipita al vacío, generando un agujero negro de efectos caotizantes y destructores.

La equivocación es la creencia en la vigencia de este sistema político ya vacío. Y nuevamente el ritual de maquillar el cadáver, darle apariencia de vida, suscitar espejismos que provocan movimientos frenéticos, derroche de energía y recursos, suscitando fuegos artificiales en pos de alcanzar un poder ya vacío.

El resultado es la insuficiencia de los partidos, de los políticos, que asumen el vacío, es decir, se desconectan de la realidad, con efectos caotizantes y frustrantes. La consecuencia: el agujero negro que convierte en nada todas las acciones y hace inútiles y estériles todos los movimientos. El efecto: vacío de poder.

La alternativa propuesta por Alvin Toffler es radical, ya no sustentar o reformar la derruida maquinaria sino inventar un sistema político o crear flamantes instituciones de poder capaces de interrelacionarse con la tercera ola de cambio. Es el desafío, erigir con los nuevos esquemas la nueva realidad política.

El agujero negro se produce en el Perú, en América Latina, en el mundo, y, crece peligrosamente en Latinoamérica por sus peculiaridades históricas culturales. A lo expresado por A. Toffler le añadimos la corrupción de nuestros políticos, el choque violento entre la tendencia autoritaria y la marea democrática participativa, engendrando un remolino donde cientos de agrupaciones políticas se hacen nada y desaparecen, y, los gobiernos, describen movimientos desconcertantes.

En el Perú el vacío de poder se acrecienta más con la impotencia por contener el alud reivindicativo, de todos los ámbitos erupcionan los reclamos y se precipitan en dirección del sistema político, tornando inconmensurable el vacío. Teniendo una constitución firmada por un súbdito japonés todo el sistema va sumiéndose en la vaciedad, con poderes que operan sobre la nada.

El paisaje es de destrucción y sólo será renovado con actos políticos y radicalmente diferentes, dejando el absurdo ceremonial de reproducir la nada, o el agujero negro. El problema no es sólo relevo de hombres, es innovación de reglas de instituciones, en conformidad con las grandes revoluciones que están cambiando la sociedad.